A continuación se detallará la literatura en la que se apoya el proyecto de intervención comunitaria en la prevención del Síndrome de Alineación Parental.
Maida, A. M., Herskovic, V., y Prado, B. (2011). Síndrome de alienación parental. Revista chilena de pediatría, 82(6), 485-492.
Maida, A. M., Herskovic, V., y Prado, B. (2011). Síndrome de alienación parental. Revista chilena de pediatría, 82(6), 485-492.
El Síndrome de Alienación
Parental se caracteriza por la presencia de una campaña de denigración hacia un
progenitor previamente querido por el niño, la que se inicia instigando temor y
animadversión injustificadas y que suele producirse durante el litigio por la
custodia del niño en un proceso de divorcio. En esta campaña habitualmente
participa un progenitor que instiga el resentimiento y que culmina cuando el
niño rechaza abiertamente al progenitor acusado, haciendo suyas las
descalificaciones esgrimidas en su contra. Este síndrome se produce en ausencia
de maltrato físico o abuso, en cuyo caso el rechazo del niño es
justificado.
González, M.S. y Espinosa, S.M. (2004).
Parejas jóvenes y divorcio. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 1(1),
16-32.
Estos autores señalan que el
número de divorcios al poco tiempo de formada la pareja se ha incrementado, lo
que lleva a sus miembros a la frustración y el estancamiento de sus habilidades
de convivencia.
Fonseca Freire, M. I. (2013). El divorcio
entre las parejas de 20 a 25 años de edad afecta el interés superior de niño en
el ámbito educativo, en el barrio Cnetral de la Parroquia Augusto N. Martínez
del cantón Ambato en el primer trimestres del año 2011.
Fonseca Freire (2013)
argumenta que el conflicto familiar que se genera en el divorcio afecta y crea
resentimiento entre las partes, que no solo perturba anímicamente a la pareja,
sino que se extiende a los hijos, y que éstos son los mas afectados, ya que el
cónyuge encargado de la tenencia de los mismo influye de manera negativa hacia
el otro cónyuge, por lo que es necesario tomar en consideración este factor
interno de resentimiento que tiende a ser un arma poderosa frente a los
miembros del hogar.
Douglas, J. W.
B., Ross, T. M., Hammond, W. A., y Mulligan, D. G. Delinquency and social
class. British Journal of Criminology, 1966, 6, 294-302.
Por otro lado, estos autores afirmaron haber encontrado más problemas de comportamiento
en los hogares rotos por el divorcio que en los hogares rotos por el
fallecimiento, lo que sugiere que no es la separación per sé lo que tiene
efectos significativos en los niños.
McCord, J., McCord, W., y Thurber, E.
Some effects of paternal absence on male children. Journal of Abnormal and
Social Psychology, 1962,64, 361-369.
Power, M. J., Ash, P. M., Schoenberg, E., y Sorey, E. C. Delinquency and the family. British Journal of Social Work,
1974, 4, 17-38.
A su vez, estos autores
argumentan que los niños de hogares rotos pero sin conflictos eran menos
propensos a tener problemas que los niños de hogares conflictivos sin romper.
Anthony, E. J. Children at risk from
divorce: A review. In E. J. Anthony and C. Koupernik (Eds.), The child in his
family. III. New York: Wiley, 1974.
Kelly, J. B., y Wallerstein, J. S. The
effects of parental divorce: Experiences of the child in early latency.
American Journal of' Orthopsychiatry, 197'6, 46, 20- 32
Hetherington, E. M., Cox, M., y Cox, R.
Divorced fathers. Family Coordinator, 1976, 25, 417-428.
Westman, J. D., Cline, D. W., Swift, W.
J., y Kramer, D. A. The role of child psychiatry in divorce. Archives of
General Psychiatry, 1970, 23. 416-420.
Hijos de padres divorciados
quienes continúan teniendo conflictos más allá del divorcio tienen
más problemas que los niños de padres divorciados que no están en conflictos.
Hetherington, E. M. Divorce: A child's
perspective. American Psychologist, 1979, 34, 851-858.
Hetherington, E. M., Cox, M., y Cox, R.
The aftermath of divorce. In J. H. Stevens y M. Mathews (Eds.), Mother/Child
Father/Child Relationships. Washington, D.C.: National Association for the
Education of Young Children, 1978.
Una explicación por la
que los efectos de la separación per sé parecen ser menos importante que los
resultados de los conflictos familiares es que los efectos de separación
parecen ser más limitados en el tiempo, mientras que las respuestas de
conflicto puede ser más duradera.
Antognazza, E. J. (1997). Parejas
tormentosas. Sudamericana.
Muchas parejas han quedado
atrapadas en una red de expectativas mutuas que nunca se cumplen. Cada cual
espera algo del otro y ese algo jamás aparece. (“No me debe querer, porque si
me quisiera haría tal o cual cosa o dejaría de hacer tal otra”). Como consecuencia,
generan frustración y resentimiento hasta tal punto que el amor, que
posiblemente sienten, queda ignorado y, por ende, no expresado.
Delgado, H. (1938). Psicología general y
psicopatología de las tendencias instintivas. Revista de Neuropsiquiatría, 1,
255–353.
Echeverría, R. (1996). Ontología del
lenguaje. Santiago: Dolmen
Estos autores plantean que el
resentimiento es un estado emocional que se construye en la narrativa personal
y que representa la interpretación de haber sido víctima de un acto injusto por
parte de otro u otros, frente al cual se rebela. Este estado se manifiesta en
la forma de una hostilidad generalizada y manifestada indirectamente en
distintas formas de agresión difusa.
SCHELLER, M. (1938). El resentimiento
en la moral. Buenos Aires: Espasa–Calpe.
El resentimiento
también puede surgir, como se ha señalado ya, de la imposibilidad o impotencia
de actualizar o manifestar expresiva y abiertamente los sentimientos negativos
como el odio, la venganza y la envidia.
SULLIVAN, H. (1964). La teoría
interpersonal de la psiquiatría. Buenos Aires: Psique.
El resentimiento puede surgir
como resultado de la consideración que hace la persona acerca de las
consecuencias que puede tener para él la expresión de sus sentimientos
negativos hacia alguien que tiene una situación privilegiada de poder o,
incluso, como resultado de amenazas violentas y represoras ejercidas por
alguien que hacen que la persona se sienta incapaz de defenderse.
NATHAN Y HARRIS (1989). Psicopatología
y sociedad. México: Trillas.
SCHELLER, M. (1938). El resentimiento
en la moral. Buenos Aires: Espasa–Calpe.
Cualquiera que sea el origen
de esta imposibilidad de manifestar los sentimientos negativos, el efecto es
que la persona ejerce autocontrol evitando y posponiendo la expresión de la
emoción negativa y eventualmente desplazándola para otro momento y
situación más apropiada; cuando esto se hace recurrente, se transforma en
resentimiento.
Cáceres, C.; Manhey, C.; Raies, A.; (2004) Comprensión sistémico relacional del proceso de separación conyugal. Revista de Familias y Terapias, Año 12, N°18,2004.
En términos generales, es
posible distinguir dos vías posibles luego de la separación: “uno en el que
la familia logra mantener las funciones de protección hacia los
hijos, y otro en el que mantiene vigente el conflicto de la relación amorosa de
la pareja que se separa, en desmedro de las funciones parentales de cuidado”.
Gardner, R.A. (1999). "Family therapy
of the moderate type of parental alienation syndrome". http://www.rgardner.com/
Por otra parte, los efectos
del SAP sobre los hijos pueden ser considerados como una forma de maltrato o
abuso psicológico y emocional, que puede producir un daño psicológico
permanente en el vínculo con el progenitor rechazado.
Hercovici, P (1998): "Terapia Del
Divorcio Y Mediación Familiar" Buenos Aires: En Revista Sistemas
Familiares.
Si la pareja marital no logra
llevarse bien, vive en conflicto por diferentes motivos y llega a divorciarse,
es necesario que la pareja parental o "función parental" permanezca
unida. La función parental debe ser compartida por ambos padres, de lo
contrario causará ambivalencia en los hijos, sabotaje y coaliciones con uno de
sus progenitores, pudiendo llegar a causarle serios daños psicológicos a
los pequeños. Es preciso que ambos padres estén de acuerdo en las normas a
impartir, que coordinen acuerdos básicos. Este último punto es el más difícil,
ya que esta función está más relacionada con las prohibiciones, por lo que
resulta la más frustrante y estresante. A esta función la llamamos
"normativa". La función nutritiva consiste en dar amor, cuidado,
satisfacer las necesidades básicas de alimentación, abrigo.
Diaz, C . (1986): "El Ciclo Del
Divorcio En La Vida Familiar". Buenos Aires: En revista Terapia Familiar.
Es fundamental que los padres
puedan lograr esta discriminación, separando la crianza de los hijos de los
resentimientos del post−divorcio, siendo capaces de soportar las frecuentes
comunicaciones con su ex−cónyuge, cooperando en forma conjunta en la educación
de los hijos. Para ello han de poder ser capaces de eliminar cualquier tipo de
sentimiento que pueda interferir en dicho propósito para garantizar así un
futuro saludable para sus hijos.
Lang, P. J. (1979). A bioinformational theory
of emotional imagery. Psychophysiology, 16(6), 495-512.
Van Oyen Witvliet, Charlotte., y Vrana, S. R. (1995). Psychophysiological responses as indices of
affective dimensions. Psychophysiology, 32(5), 436-443.
Las ofensas y transgresiones
interpersonales son, como comentamos anteriormente, experiencias con alta carga
emocional y que, a menudo, evocan recuerdos negativos y excitantes y respuestas
emocionales (por ejemplo, el resentimiento). Según la teoría de Peter Lang, los
recuerdos no perdonados y las imágenes mentales sobre esos actos que conforman
dichos recuerdos pueden producir expresiones faciales negativas y el aumento de
la reactividad cardiovascular y simpática, tanto como lo hacen otras emociones
negativas y excitantes (por ejemplo, el miedo, la ira). Por el contrario,
las respuestas de perdón tienden a reducir la negatividad y la intensidad de la
respuesta emocional de la víctima y la represión de las reacciones fisiológicas
mencionadas anteriormente, tal y como las imágenes más agradables y relajantes
hacen.
Harris, A. H., Thoresen, C. E.,
McCullough, M. E., y Larson, D. B. (1999). Spiritually and religiously
oriented health interventions. Journal of Health Psychology, 4(3),
413-433.
Conforme a esto último, las
respuestas de no perdón pueden deteriorar la salud mediante la activación, la
emoción intensa negativa y la reactividad del sistema nervioso simpático (SNS)
en general. Contrariamente, las respuestas de perdón pueden amortiguar salud o
promover la sanación por la disminución de la reactividad cardiovascular y la
hiperactivación del SNS.
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